La que no tiene ojos,
la que calla
y dibuja la sombra de los huesos
con un punzón de olvido sobre nada;
la de fémures largos y el andar persistente
pasa frente al portal y le pregunto
sin recuerda un vagido que después tuvo nombre,
los escasos temblores del amor y el contento,
acaso unas palabras inútilmente escritas.
Nada sabe de historias.
Sólo toma lo suyo con la avidez de un buitre
y monta sobre el zaino con su presa
que es apenas un alma desgarrada
del llanto, de la mueca o la sonrisa
y la mirada toda, un vino derramado,
se pierde entre cenizas de lo que fuera un sueño.
La que no tiene ojos
muerde como el invierno las carnes ateridas
y quedan las violetas, las llaves, los relojes,
el agua y las costumbres,
las almohadas desiertas, la mesa abandonada.
Todo ha sido un destello de pan, piedra y rocío.
Con mi abrazo siempre
Long-Ohni
"El material editado en "Muestrario de Palabras" goza de todos los Derechos Reservados. La administración confía en la autoría del material que aquí se expone, no responsabilizándose de la veracidad de los mismos."
miércoles, 21 de julio de 2010
Singlar la existencia

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Golpes intensos
sendas entre signos de pregunta,
desposeída e inerte.
Los campos aislados
El firmamento
sin fosforescencia.
Bordo con lágrimas
El deslucido diario,
testigo de mi tormento.
Abismada,
flotan derrotadas
mis entrañas.
Nuevos golpes,
se enciende el candil.
despierto recelada.
Sujetaste mi cuerpo,
rogaste mi perdón.
Olvidé y resurgí.
© Kellypocharaquel. -
sendas entre signos de pregunta,
desposeída e inerte.
Los campos aislados
El firmamento
sin fosforescencia.
Bordo con lágrimas
El deslucido diario,
testigo de mi tormento.
Abismada,
flotan derrotadas
mis entrañas.
Nuevos golpes,
se enciende el candil.
despierto recelada.
Sujetaste mi cuerpo,
rogaste mi perdón.
Olvidé y resurgí.
© Kellypocharaquel. -
martes, 13 de julio de 2010
LLUEVEN ESTRELLAS.

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Llueven desde el infinito
millares
de puntos de luz.
Llueven seres sutiles
de mundos estelares.
Sueñan con un sueño de paz.
Lloran por un sueño de mar.
Las alas tienen escamas de oro.
Bajan desde el cielo,
para posarse levemente sobre mí.
Llueven pequeños diamantes de agua.
Recorren sin pudor cada parte de mi piel.
Me empapan.
Me impregnan con olor a lluvia,
a tilos, a miel.
Llueven ánimas leves
de mundos eternos.
Desde los azules océanos del cielo.
Las nubes describen la escritura de mi fe.
Sueñan las estrellas con mis besos de amor.
Recuerdan el llanto del violín y del viento.
Recuerdan el sonido creador.
Dibujan la maravilla al fin.
Llueven besos distraídos y ciertos.
Llueven de mis labios.
Hasta posarse aleatoriamente sobre cada parte de ti.
Amparo Carranza Vélez.
21 de Octubre de 2008.
millares
de puntos de luz.
Llueven seres sutiles
de mundos estelares.
Sueñan con un sueño de paz.
Lloran por un sueño de mar.
Las alas tienen escamas de oro.
Bajan desde el cielo,
para posarse levemente sobre mí.
Llueven pequeños diamantes de agua.
Recorren sin pudor cada parte de mi piel.
Me empapan.
Me impregnan con olor a lluvia,
a tilos, a miel.
Llueven ánimas leves
de mundos eternos.
Desde los azules océanos del cielo.
Las nubes describen la escritura de mi fe.
Sueñan las estrellas con mis besos de amor.
Recuerdan el llanto del violín y del viento.
Recuerdan el sonido creador.
Dibujan la maravilla al fin.
Llueven besos distraídos y ciertos.
Llueven de mis labios.
Hasta posarse aleatoriamente sobre cada parte de ti.
Amparo Carranza Vélez.
21 de Octubre de 2008.
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