Un cariño de arreboles
mi barrio despierta.
El amanecer cansino de veredas
destila tilos y tu mano
-amurada a mil tristezas-
se detiene entre mis quejas.
Un abrigo matutino tu brazo sueña
y es mi sien -clavel- quien acepta
un paseo / un café /
un recuerdo y una promesa
de jacarandás que incitan
el arrullo de palomas entre la arboleda.
Elisabet Cincotta
de "De laureles y olivos"
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