
Como amante Dulcinea,
cariño había en mi casa;
de la tragedia, Medea,
¡que amarga factura pasa ¡
Hace un tiempo que marcho
de tierra de pan de hogaza,
sin proferir amenaza,
sin un beso, ni un adiós,
ni una posible esperanza.
Remuevo mares y cielos
para encontrar la razón
y buscar así un consuelo
que cambie el verso de son.
¿Dónde pastan tus rebaños?,
¿Dónde tu, pastora mía,
pasas mi noche y tus días,
la mayor parte del año?.
A los vientos les pregunto
si te vieron caminar,
y responden que este asunto,
es un tema de la mar.
Al mar pregunto angustiado
si te empapó con su sal
y me responden las olas:
¡ pregúntale al calamar!.
El calamar se ha asustado
al hacer pregunta tal,
y se esconde en su negrura
sin saber que contestar.
Si por los cielos me hallaras
o por los mares me ves,
pido en mi verso, mujer:
haz en mi puerto parada.
Emilio Medina M.
1 comentario:
buen blog , ahun sigo masticando la poesia y espero asimilarla algun dia
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