En mi largo atardecer, en mi letargo,
solo palabras mudas me acompañan,
Cabalgan en mis sueños,
colmados de esperanzas,
vestigios de la vida que se acaba.
Como no agradecer al basto cielo,
el respiro profundo,
que aún ensancha el pecho.
La invasión de letras que transfieren,
mis sentimientos plenos.
Apresurados días,
transcurren sin dar tregua,
como reloj de arena, sin compasión avanzan,
minutos que se alejan, dando paso al mañana.
Denuncias no precisas, frases que no se han dicho,
Permanencia de sueños, !efímeros, etéreos!
que plumas y tinteros, no alcanzan responder.
!No puedo concluir, el libro de la vida!
permanecen no escritas, las hojas hoy vacías,
sueños desfallecidos, cascadas de ilusiones,
como huerta de frutos, deben de florecer.
Gloria Eugenia Lemus.
29/09/09.
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