
Deliraba una serrana
cuando en el monte cuidaba
un gran rebaño de ovejas:
blancas, negras y bermejas
en un corral encerradas.
Por su pastor suspiraba
teniendo dulces recuerdos
de las noches disfrutadas
ahíta de amor y besos.
En su choza de retamas
calentada por el fuego,
solo sentía calores
fomentando los recuerdos.
Un lobo en la lejanía
deja escapar su lamento,
y la Luna va al encuentro
del Sol cuando amanecía.
Un día; detrás...otro;
era gran melancolía
solo apacentar ganado,
sabiendo que el ser amado
es ausente en compañía.
Deja al ganado, serrana,
marcha del monte deprisa,
vuelve pronto a tus amores
que una loba en sus ardores,
robó al pastor de tu vida.
EMILIO MEDINA MUÑOZ
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