Sin prisa y sin pausa, el lapso de un evento a otro
sucedió sin mas, volcando las ideas de un pasado
y vivió las estructuras de un presente vaporoso
con la forma del espectro molecular de los sueños.
Marcó su nombre en la piel,
con lágrimas, pena y sudor,
con savia femenina que atrapó el suspiro
en una conspicua imaginación.
El presente devino pasado…
En el viaje de regreso,
un silencio itinerante penetra las palabras
auspicia la ausencia
expande la nostalgia
se adueña del olvido
En ese viaje
hay otro silencio
ese en que esta vez
predomina la libertad
rompe la nostalgia
auyenta pensamientos de olvido.
Oscar N. Galante
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