lunes, 22 de septiembre de 2008

TERMINA EL VERANO.

Termina el verano y con él parte mi alegría.

Nací para caminar descalza.

Crecí para soltar mi pelo

al viento como gaviotas castañas.



Entrego al último sol,

la sonrisa escondida y mansa,

que albergó, todo este tiempo,

mi alma.



Como acordes suaves de dedos y guitarras,

canta un mar de felicidad,

y se despide de mi sueño malva.



Sueño con un amor fértil,

mientras el cuerpo cae en el tiempo

y esa ilusión de mujer

sigue esperando el camino gentil.



Se adormece el cielo veraniego.

Se enmudecen las rocas

que una vez cantaron.

Y mueren los amores cambiando en el fin.



Llega la luz tambaleante

para despedirse

de la escritura de mi piel.

Se despliega todo ese recuerdo de caricias.

Se disipa el código solar y el perfume de anís.



Termina el verano de mi vida,

y con él despido mi inocencia

descolorida de tanto sol.

Sé que llegará con la noche el entendimiento.



Y cerrará las heridas

para brotar de mis labios

un nuevo canto lleno de valor.

Sé que parte hoy

mi ilusión de especias y hojas verdes.

Sé que debo abrir mis brazos en entrega.

Para desplegar en el viento

los perfumes infinitos del amor.

Amparo Carranza Vélez.

21 de Febrero de 2008.

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