Después de leer mi memoria
de leerte, prefiero decir,
de leerme.
Estoy solo y quieto
adusto con este sueño de versos
me convierte en un ser extraño.
Escasos recuerdos de niño me alcanzan,
escasos sonidos de un brote de agua por un costado
Son estas las flores que de mi alma
tienen aromas
Como si hubiesen un centenar de pájaros guardados,
quien sabe para que hora,
quien sabe si alguna vez volarán
quien conoce remotamente esas tierras
donde ellos posan y quien sabe,
si al volar volverán.
Pués algún Dios
los oirá más lejos,
en una lejanía, como la altura
de la catedral interior
en la cual guardo los minutos más elevados.
Las tempestades secretas
la noche última
como la última nota que se escribe en la vigilia
y quien sabe si prefiero entonces,
estar solo y quieto.
Adusto con este sueño de versos,
después de leer mi memoria
de leerte,
prefiero decir de leerme.
Luis Gilberto Caraballo 2008
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