Todos podemos amar con pasión
pero...
entre el stress,
el ego y la vanidad,
hora tras hora
acorazamos el pecho
lo guarecemos y volvemos fortaleza
lista para resistir los embates
del sentimiento.
Y cargamos la cruz
de la victimización,
sobre ella, los prejuicios,
y sobre ellos, la culpa.
Sólo los humanos ansiamos sentir
y toda nuestra vida vivimos escapando
a la entrega.
Cuando aprendemos es tarde.
Intentamos cirugías, liftings,
sin éxito alguno.
La pasión nos hace vibrar,
vibrar,
y explotar de gozo.
Liliana Varela 2008
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