
Guarde algún Dios la palabra por ahora
producto de la verdad ó la mentira,
guarden mis árboles las lágrimas
como sabia,
guarde-sé un verso frívolo
bajo los últimos rayos,
sostengan-sé las penas
y el silencio.
Guarda y guardo esos versos
nunca dichos para siempre
en la inmensidad del Otoño,
en el ocaso fiel de cada tarde.
Guarde el siglo algún consuelo
para seguir viviendo.
Matchornicova
27.09.2007
Pd: Por las arenas húmedas de marzo
era la risa un buen remedio
entre tantos paradójicos momentos
y septiembre hermano
viene de la mano de un adiós.
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