jueves, 31 de marzo de 2011

S/T

Sabe a tu sexo la ajena almohada

a pesar del destierro
a pesar de los No
a pesar del pesar compartido.

Zigzagueante la cabeza muere
en cada negativa
del rostro ajeno,
tatuadas de ti las pupilas
no permiten ver
más que tu imagen.

¡No podré!
¡No sabré!
cómo ovillar la telaraña
que has construido
cuándo cerrar
la persiana de los recuerdos.

¡Y tendré!
que ser-estar-parecer

novísima muda de serpiente alada
surcando otros mares
/distintos al tuyo

Así vagaremos
eternos errantes
de antagónicos mundos

buscando ese punto inflexivo
en que callemos el grito
mordiéndonos la piel.




Liliana Varela

jueves, 17 de marzo de 2011

Nieve

"vestidas de normas y contratos
empujan el deceso de mis sueños"
Ana Lucía Montoya Rendón




Nieve


La lluvia derritió gozos
congeló de inviernos el alma
y cabalgó en penumbras
para que la siguiera.

Emboscada. Eso fui.
Presa de una bola de nieve
hueca...
como mi pecho/y el tuyo.

Nos une la letra, la tinta negra
que circula por las venas
el pergamino deshecho entre recuerdos

y una sensación de ternura
/o quizá piedad.

En qué truco barato
un aficionado mago
trastocó el destino
/sin que lo supiéramos.

¡Poco importa el cuándo
ni el cómo
cuando el presente asfixia!

Dame la mano, sostente de mi,
soy tu bastón
soy tus ojos

/hoy iremos al mar.



Liliana Varela

jueves, 10 de marzo de 2011

Desengaño. Decima



Rondé una noche a una dama
y me mostró deliciosa,
que al juntar clavel a rosa
las venturas las derrama
mientras el alma proclama
del amor lo mas sentido
que este mundo ha conocido;
pero cambió tal estado
de sentirme enamorado
cuando quede malherido.

Emilio Medina M.
9Marzo2011

Acaso alguien...

Acaso alguien...
Ninguno, nadie o nada
pertenece a la eternidad.
Solo transcurren/ transcurrimos
por eso nada es para siempre
aunque lo creas o quieras creerlo
porque muy en el fondo
somos de pensar así/ crédulos.
Así son las sorpresas
en las que palpamos
que no somos nada
para siempre nunca.
Es de engatuzar la fama
uno termina con ella
deseando abrazarla
pero en el mas oscuro rincón
igual existimos
por un tiempo
aunque en nuestros hijos
y en los hijos de ellos
un poco mas.

Oscar N. Galante