lunes, 28 de junio de 2010

SE ATREVE


















En la distracción, se atreve, el cariño.

Desnuda el labio, la ternura.

Y un parpadeo.

Y un suspiro.

Son todo el universo posible.

Del otro lado.

Cada uno.

Se retiene y anhela.


Descubre la piel, el deseo.

Tal vez, sea pronto.

El abrazo, en una noche de invierno.

En la esquina de los vientos riberos.

Tal vez sea que asome levemente,

después de tantas vicisitudes,

la verdad.



Amparo Carranza Vélez

25 de Junio de 2010

martes, 22 de junio de 2010

SÓLO SOMBRAS
















“Nosotros somos los hombres huecos”

Thomas Eliot


Ávida isla donde los puertos están abandonados,
óxido en las anclas de los barcos ya sin viajes ni velamen,
el fin del fin, antiguas piedras donde nadie ha grabado
signos ni nombres, salvo el oleaje que eternamente hiere.

Allí en silencio truena la voz del mundo que en su callar
ora por esos dioses ausentes que un día la habitaron
plenos en el fervor de sus ardientes fraguas obstinadas
en forjar los cimientos cuando el día del hombre aún no se iniciaba.

Ardió entonces la vida con su altura de hombres consumados,
fuego de los guerreros y las madres deseosas de parir
hijos de la labranza, conductores de bueyes, sembradores,
hombres adictos al más extraño hábito del pastoreo.

Así han danzado asidos al corazón del tiempo sigiloso
siglos bajo la luz unánime del trigo y la amapola,
de la sabia manzana en que la duda pende desafiante
hecha de la matriz del sol y libre como roja paloma.

Pero los mansos hijos de la estirpe de los dioses herreros
han comido del pan que leuda la ambición y la ira,
unánime demencia los empujó a quebrar la luz creada,
a levantar ciudades desvariadas, trincheras como heridas,
a encadenar el aire, desorientar los ríos y los peces.

Entonces se ha reunido todo el color del plomo hasta en la rosa
y el mundo se precipita enfermo de evidente pobreza,
confusa geografía del llanto y la miseria sin fronteras.

Atrás fueron quedando los blancos días de la serena piedra,
isla sin caracoles ni epitafios, isla de viva muerte arracimada,
noche ya sin estrellas titilantes, luna que gira en falso,
sombra, compacta sombra que abruma al compás de badajos
y apenas si se escucha un temblor de violetas caprichosas.

Yo reclamo un relámpago violento que despierte la vida.

Con mi abrazo siempre
Long-Ohni

“En algún lugar, bajo la lluvia, siempre habrá un perro abandonado que me immpedirá ser feliz” Jean Anouilh

sábado, 5 de junio de 2010

El agua tiene pies ligeros

El poeta tiene pies ligeros.
Sí. Los tiene, pero no más que el agua
de una estrofa y sus secuencias,
no más que el agua que alberga
cromosomas de fibras seminales
y rumores y paso de corrientes.

Esa lengua del agua sabe de sed profunda.
Ha lamido cada entidad, cada sustancia
que encuentra en los peldaños entitativos
del posible ser y su concreto aquí y allá.

Cada furioso reducto de caída
¡lo ha conocido el agua con su prisa
y su remanso, con su furor y su calma!

Ha besado a la piel de cada sinalefa.
Ha saltado sobre hiatos del abismo.
Se ha hundido en las sales más negras,
en las venas azules y en los rojos chichos,
en órbitas de la textura biótica,
en circonio duro, en neuras minerales,
en alambiques siderales de deseo y el sustrato,
en replicados monstruos de simetrías,
en raíz sublime desorden que dice:
¡Quiero ser alfa y omega!

El agua tiene sed, hambre de Todo,
y yo la bebo igualmente ambicioso
de hallazgos, por ser poeta
en pies ligeros, transido,
y me la encuentro un paso más allá,
mal perspicuado, un paso aquí,
incompleto y eterno...

7-9-1989 / De «Tantralia» / CARLOS LOPEZ DZUR

Luna Blanca


















El por qué yo preguntaba
escondida, entre las matas,
por aquella luna blanca
que mi mente imaginaba,
se debía al férreo miedo
de nunca poder hallarla.

La buscaba y preguntaba
por esa esfera de almendras
que en las cerradas noches,
mágico efecto de porcelana
reflejaba mis anhelos,
y transportaba al nirvana.

Tanto, tanto la quería...
Tanto, tanto la buscaba,
que mi vida hubiese dado
por sólo poder besarla.

Por eso aquella tarde
en que asomado a tu puerta
divisaste el halo blanco
de mi boca, roja, parda,
imaginaste lunar secuestro,
esfera blanca plateada,
atrapada entre mis brazos
y a mi alma,sublimada.


Liliana Varela

La vida


















Picture by Anji



¿En que lugar de la ciudad,
entre estas calles de sonidos y unas amplias soledades,
te encuentras tú?
¿En que ventanas te reflejas?
¿Vas de noche bajo luces inventadas
o de día entre ruidos de tambores
y sonrisas fabricadas a los gustos de los clientes y peatones?
¿Donde existes?
¿En el valle?
¿En la playa?
¿En el agua de los ríos?
¿O Dónde sea que no sea entre estas calles invadidas
de mentiras, apariencias o vanidades?

Guzmàn Lavenant

jueves, 3 de junio de 2010

Eres

Por todo lo que existe en la luz
y existen entre las sombras.
Porque tu voz se escucha y yo sueño.

Por todo lo que rodea
el desarrollo de las flores
y el vuelo de las aves.

Por las montañas, por el ríos.
Por el cielo y lo seres vivos.
Porque eres dulzura y fortaleza
en medio de tus dudas.

Por todo lo que amas y todo lo que quiero,
eres tú el motivo más noble de mi vida

Guzmàn Lavenant

ÓYEME

I.


óyeme
aun puedo hablar
aun puedo cantar

óyeme
antes que tajen mi palabra

lee las lineas de mi mano
cada una habla del Tiempo
cada tic tac arrastra sus zapatos

cansinas Ansiedad y Nostalgia
miran que Recato de la celda ha escapado

II.

por la calleja viene la Violeta
con su canasta plena
manojos de cariño para vos

trae tonos de verde
esmeraldas de Muzo refulgentes
promueve esperas y añoranzas
dulces como jugo de cana
trae tonos de rojo
malicia de los geranios
gozosos
exultantes como fuego
trae una mirada a tiempo
como la tuya
cuando no es de invierno
desnude mi pecho
y todos vean
como cabalga de amor
como caracolea de hambre
jaca sobre montes y valles
capaz de conquistar el Universo
trae azúcar el los labios
y la fuente rebosante
donde barca y barquero
sean uno
perfecta junta
como la mar y el cielo
en el horizonte enmozados
trae la piel de ensueño
para cubrir las ganas
que hay en cada estrella
excitadas ante la entrepierna ardiente
infierno y celo de la triste Luna brava.

óyeme
hay gruñidos
alguien se empecina en daños
corriendo destrozó el jardín
pero solo cazó algunos de mis poemas negros

óyeme...
en medio de la bruma
incierta melodía ahora escucho
me baila
me sonsaca
me dejo ir en vuelos
al oído me susurra... estamos aun a tiempo?


Ana Lucia Montoya Rendon
Mayo 2010