lunes, 20 de octubre de 2008

AFECTADO

Quiebro la fronteriza distancia,

el lienzo puro se cuarteo

con la despedida de tu espalda.



La posibilidad de no tenerte

me dejó encerrado: en aquella celda

que yo mismo construí

para desaparecer del mundo.



Enfrente: tu ventana

donde por las noches

me trae el movimiento

de tu pelvis, con el largo de otro.



Temblor, vibraciones,

que te sepultan luego del éxtasis,

para volver a recomenzar.



Me he convertido en un mirón subterráneo

al que no ves, y lo haces ver,

mis ojos son pura convulsión de asco trágico,

el fluido de esos ardores

me dejan a la deriva,

no tienes memoria de que ayer nomás

decías yo ser lo eterno.



Solo espero

que acabe para ti la inmortalidad,

el hierro marcara el tiempo

y solo serás un delirio al cual nadie le pondrá precio,

pues mataste la virtud de ser un ave angelical.





Juan Ricardo Sagardía

SANTOAMOR

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