jueves, 2 de octubre de 2008

De poetas y locos

Dije que no estás
y mis brazos se colmaron de rosas sin espinas
asépticas insolentes tiesas
escapadas de rosales del barrio
huían de floreros acristalados para refugiarse aquí,
en nuestra casa
a salvo de velatorios y misas lánguidas
desmayando en la prisa algún pétalo.

Dije que no estás
y un carpintero taladró ante mí
sobre el tronco del castaño, justo ahí,
adonde solíamos sentarnos por la tarde.

No quiero alucinar
ni acumular señales en buen uso
pero algo de razón tendrán
las rosas y los pájaros.


diana poblet -
del libro (entre paréntesis)

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