miércoles, 22 de octubre de 2008

Así en la tierra como en el cielo

Rugió el tiempo una vez:
el calor inicial de su estallido
forjó mis ilusiones,
mis amores,
mis sueños, mi esperanza,
mis sentidos.

Rugió el tiempo otra vez
y el estertor final de sus gemidos
vomitó mis temores,
mis fracasos,
mis errores, mis dudas,
mis olvidos.

Da lo mismo la luna que su sombra.
Si estás. Si estoy.
Si no.
Si ya nos fuimos.

Cristina Longinotti

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