domingo, 7 de diciembre de 2008

Desde el horizonte invertido




De pie, mirando a lo lejos desde la orilla
en que me encuentro, desde la tierra firme
que se desmorona en sus contornos,
diviso desde aquí, una línea difusa en lontananza,
un hilo que se pierde en la distancia,
un sólo suspiro sostenido en el dejo del ahogo,
en las palabras mudas que descansan
suspendidas en ese vacío, en la simple oquedad
que queda en el espacio infinito,
limpio de todos los ¡ay! que gritan los humanos
en sus dolores y placeres.


De pie, mirando a lo lejos desde el borde
en que me encuentro, de esta vida que mora en mi cuerpo,
atrapada, rea de sus propias libertades,
libre de sus propias cárceles,
reconozco a la mujer que ha vivido sus sueños,
que ha sido alegría, risa, carcajada,
lágrima derramada, lucha por luchar
un despertar cada mañana.


De pie, mirando desde aquí,
desde este linde en que me encuentro,
descubro soy el horizonte del que de lejos mira
hacía esta otra orilla, hacia esta lontananza que somos
los que habitamos desde este lado,
los que formamos esta línea difusa que une cielo y tierra,
en la que se difuminan en espejismos temblorosos
las imágenes que sólo somos en el horizonte de reversa.


De pie, mirando desde aquí hacia la otra ribera,
el abismo, la explanada, los mares se achican
dejando tocar con la punta de los dedos,
a los otros seres dibujados por el pincel del tiempo
que no reconoce de horizontes ni de linderos .


De pie, siempre de pie, aunque el otoño vaya buscando
en la caída de sus hojas, la mecedora de los años.






Migdalia B. Mansilla R.
Fecha: en el momento en que cualquiera se ponga de pie y mire al frente de sus ojos, encontrando otros ojos que lo miren igual.
Marzo, 09 de 2004

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