jueves, 29 de enero de 2009

CABIZBAJA

Iba trastabillando.
Sollozaba.
Un paso lento la llevaba quién sabe a dónde.
Los adoquines se dolían de su andar.
Iba leyendo en sus recuerdos la cara de aquellos.
Pero las imágenes se disolvían en el viento empolvado.
No podía distinguirlos,
Ellos, los dueños de esos rostros se burlaron de la vieja.
Se escaparon cuando los quiso abrazar.
Sollozaba.
Sus ojos lánguidos tocaron los pétalos de las flores y al instante los
secaron.
Sollozaba.
Ese llanto jamás pudo hacer germinar a los amigos.
Porque…
Pues,
¡Porque jamás lo fueron!


Ana Lucía Montoya R.
Enero 2009

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