A esto me obligas
a ser sierva de una gleba que no quiero
masticar un bocado que no nutre: sólo alimenta.
A esto me obligas
a servir a un Dios pagano que no admito
imitando tus pasos, ser tu sombra de sol pleno.
A esto me obligas…y me obligo
Encadenarme a la tierra que me infecta
rociar el cuerpo con aromas que me asfixian
socavar la propia fe que me atropella
olvidarme de quién soy por ser tu calco.
Exiliarme en otro mundo que no admito
con el fin de congraciarme con lo que eres.
Sé que el juego torcerá la esquina pronto
seré en breve lo que yo tanto odiaba:
la misma semilla de un brote contagioso
raíz amarga que arrancará de cuajo tu pecho
amargándolo también.
Liliana Varela2009
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