lunes, 2 de noviembre de 2009

ESPINA.




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Como doliente espina,
clavada en lo profundo de mí pecho,
así duele tu ausencia que persigue y
engendra que el camino sea tan triste.

Es tortura constante, esta distancia
que acusante y profusa, me desola
el minuto se vuelve delirante,
en soledad… silencio que debora.

Acaece a mi esperanza !Amado mío!
Desvanece las nostalgias que asesinan,
Preciso de saber que tú adivinas,
el tormento que vivo, en esta ruina.

Elevemos nuestro vuelo hacia los cielos,
demandemos el consuelo a nuestra luna,
Citaremos a estrellas que fulguran,
Y que ese cielo perpetuo, nos cobije.


Gloria Eugenia Lemus.
02/11/2009

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