jueves, 24 de abril de 2008

SIEMPRE VI LA SANGRE ROJA


Cuando el sol se vista
con ropas de sangre,
y en la tarde alumbre
un lucero viejo,
hallarás, muchacho
de bombas y truenos,
tu vejez, insulsa…,
tu mensaje: muerto!

Cuando ya de tanto
gritarlas infamias,
gastada tu ronca
voz de mensajero,
halles que el encuentro
está en la partida
y que la exigencia
es solo un señuelo…

Cuando te descubras
tirado del tedio, que el odio de otros
descargó en tu pecho,
y tus arrugadas
palmas, tus banderas,
sean solo efigie
de tu joven sueño…

Cuando por tus luchas,
las luchas de otros
que tampoco saben
la verdad del tiempo,
ruede con tus huesos
y sean palabras,
y en un grueso tomo
la historie un cuento…

Cuando de la magia
que contiene obscura
guardada en su vida
el hondo universo;
descubras sus pautas,
conozcas el cerco,
y te le aproximes,
sepas su misterio…

Verás que tan simple
era la salida…,
que tantos esfuerzos
fueron tu quebranto!
Que sin tanto odio,
sin tanta ignorancia
ganabas la meta
y ahorrabas camino!


Hallarás la luces
que alumbras "de veras".
La palabra justa.
La verdad completa.
Y menos errados
llevando tus culpas!
Y menos mentiras
e ideales falsos!

Porque te forjaste,
tal como planearon,
esos que de alguna
manera conocen
el cíclico rumbo,
de ayer, de mañana,
de todos los tiempos,
de todos los mundos..!

Porque tu cavilas
aquello que siempre
se te publicita
de tantas maneras
que parece cierto, y es solo espejismo!!
La vida es desierta
y el hombre es arena…!

Cuando el sol se vista
con ropas de sangre,
y tú entre las jibas
de un tosco camello,
te despiertes, veas,
el simún soplando,
como a multitudes
a los quietos médanos

Intuirás un nombre
y hallarás la cifra
que contiene todos,
todos, los misterios…
Y entonces muchacho
de bombas y truenos,
verás la simpleza
de nueve misterios,

en la sombra rala
de tu pensamiento
y en los tantos golpes
de tu sueño terco…!


Horacio Mario Aguilar
may 71

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