Sí. Construí un universo.
Toda mi vida.
Sí. He inventado un cosmos
para reconstruir el cielo.
Busqué en cada paso un trozo
de mundo para guardar.
Todo cumple una misión.
Y yo te ofrezco todo mi mundo.
Pero tú buscas conquistar otro mundo.
Un mundo donde el mío no existe.
Un mundo donde yo no tengo lugar.
Ese universo de palabras y guerras.
De papeles con sellos, y dinero.
Ese mundo que no se rige por una caricia.
Donde nada tiene más valor que el oro.
Perteneces al mundo donde matan por ideales
y no viven por ellos.
En tu mundo el verdor no es fuerte.
La naturaleza no sana.
En cambio en el mío.
Todo florece luego del hielo.
Todo fluye a un nuevo río.
Todo se comprende en la forma de una hoja.
Vivo en un mundo donde puedo ver horas algo bello.
Donde no temo decirlo y demostrarlo.
Vivo en un mundo donde puedo besar sin temor.
Donde el rechazo no existe.
Mi mundo construye magia.
Y la magia lo construye de nuevo.
Vivo en un mundo donde los verdes dominan.
Y los turquesas son eternos.
Y los hielos esculturas sagradas.
Donde las ballenas son ángeles de la verdad.
Y los colibríes son guerreros temerosos.
Que custodian los perfumes de las flores.
Los hombres son suaves como el rocío.
Y la mujer domina y tuerce el planeta
con su ternura.
No hay ley más fuerte, que la de la vida.
La de la continuidad.
La de la transcendencia en el círculo perfecto y eterno.
Ese es mi mundo
y solo los valientes saben habitarlo.
Amparo Carranza Vélez.
8 de Marzo de 2007.
"El material editado en "Muestrario de Palabras" goza de todos los Derechos Reservados. La administración confía en la autoría del material que aquí se expone, no responsabilizándose de la veracidad de los mismos."
lunes, 28 de septiembre de 2009
Cuando abrí mis ventanas
y el cielo estrellado se dibujó ante mis ojos
mi pecho repleto de sueños se quebró en llanto
un llanto de carmines y balas
de vientos contrarios
de huracanes…
Vi la tristeza escrita en cada rostro
vi la amargura rondar las faldas de las madres
y en los brazos vacíos de las doncellas
La soledad no se apiadó de los niños
tampoco de los hombres…
Golpe tras golpe
Bala tras bala
cañón tras cañón
misiles
aviones
bombardeo como granizo poseído
por destructores demonios
de muerte y metal….
Se sumieron en silencios marrones
las murallas destruidas
y un campo de escombros
no florecerá mañana.
Carolina González Velásquez
http://caingove. blogspot. com
©Katrala
y el cielo estrellado se dibujó ante mis ojos
mi pecho repleto de sueños se quebró en llanto
un llanto de carmines y balas
de vientos contrarios
de huracanes…
Vi la tristeza escrita en cada rostro
vi la amargura rondar las faldas de las madres
y en los brazos vacíos de las doncellas
La soledad no se apiadó de los niños
tampoco de los hombres…
Golpe tras golpe
Bala tras bala
cañón tras cañón
misiles
aviones
bombardeo como granizo poseído
por destructores demonios
de muerte y metal….
Se sumieron en silencios marrones
las murallas destruidas
y un campo de escombros
no florecerá mañana.
Carolina González Velásquez
http://caingove. blogspot. com
©Katrala
sábado, 26 de septiembre de 2009
LA PALABRA SIN VOZ
Goterones.
Almendras.
Caireles de humo.
Bacarat.
Bacara.
Barato vidrio vacío.
Amaro.
Amargo sin sentido.
Ido en sonido,
....in-verso.
Atada con maromas la palabra
....que no labra.
Decadencia.
Con descendencia.
Condescendencia.
Frisos con acantos que no cantan
Y zapatos sin lustre sobre la taracea envejecida.
Humo.
Hueco
Oque.
¿O qué?
Long Ohni
Almendras.
Caireles de humo.
Bacarat.
Bacara.
Barato vidrio vacío.
Amaro.
Amargo sin sentido.
Ido en sonido,
....in-verso.
Atada con maromas la palabra
....que no labra.
Decadencia.
Con descendencia.
Condescendencia.
Frisos con acantos que no cantan
Y zapatos sin lustre sobre la taracea envejecida.
Humo.
Hueco
Oque.
¿O qué?
Long Ohni
viernes, 25 de septiembre de 2009
SOMBRAS
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Hay algo sin dar relumbre
que me produce el espanto,
y se transforma en un llanto
ante tanta incertidumbre.
Me alejo con desespero
sin saber si está a la espera;
esta sombra compañera
que me sigue por el suelo.
Salgo de casa temiendo
de acercarme a una pared;
en ella veré clavada
la negra sombra alargada,
que me agarra por los pies.
Se alarga con su mal canto;
al pronto desaparece
y acercándome se crece,
produciéndome el espanto.
No tiene la forma humana,
solo negrura de noche.
Aparece en singladura,
y de miedos con derroche
cuando la noche es oscura.
Callada sombra alargada
que persigues a las gentes
sin sonido de presente
por los muros y fachadas.
.
Me imitas los movimientos
para decirme quien eres,
no te mueves si estoy quieto,
esperando ese momento
que de esta vida me lleves.
Horror le tengo a la sombra
que me acompaña en el mundo;
yo no tengo comprendido
que ser me lleva cogido,
proyectándose en el muro.
EMILIO MEDINA MUÑOZ
24/12/2002
DEMEROL
“Dicen que hay gente que nace para morir”
(Sergio Riquelme)
El remedio se vuelve veneno,
Entrando al torrente sanguíneo.
Mezclándose lentamente…
Subo hasta la cima y
No encuentro el camino de regreso.
La caída se hace esperar.
Una dosis debe ser exacta.
Se pierde la cuenta y la vida
Voltea la espalda.
Quiero regresar al lecho frío, pero terreno.
Quiero volver y olvidar al Demerol en la
Mesa blanca.
El aire enmascarado no retorna la vida.
La cama se enfría, acunando al cuerpo
Inerte.
Otra victima de la medicina, del letal Demerol.
¿Cuántas dosis le seguirán?...
María Isabel Marín
(Moni)
(Sergio Riquelme)
El remedio se vuelve veneno,
Entrando al torrente sanguíneo.
Mezclándose lentamente…
Subo hasta la cima y
No encuentro el camino de regreso.
La caída se hace esperar.
Una dosis debe ser exacta.
Se pierde la cuenta y la vida
Voltea la espalda.
Quiero regresar al lecho frío, pero terreno.
Quiero volver y olvidar al Demerol en la
Mesa blanca.
El aire enmascarado no retorna la vida.
La cama se enfría, acunando al cuerpo
Inerte.
Otra victima de la medicina, del letal Demerol.
¿Cuántas dosis le seguirán?...
María Isabel Marín
(Moni)
jueves, 24 de septiembre de 2009
Volver.
Volveré riendo, renaciendo.
Volveré siendo la desconocida
Que abandono el nido y logro
Vencer el silencio, la cólera, la
Agonía y el dolor extremo.
En los sucios arenales, descanse
Un tiempo.
En el letargo de las aguas,
Sacie mi sed de aventuras
Y desafíos.
Volveré a ser la fiera,
Que afila sus garras, al oler
la sangre de la victima cercana…
María Isabel Marín
(Moni)
Volveré siendo la desconocida
Que abandono el nido y logro
Vencer el silencio, la cólera, la
Agonía y el dolor extremo.
En los sucios arenales, descanse
Un tiempo.
En el letargo de las aguas,
Sacie mi sed de aventuras
Y desafíos.
Volveré a ser la fiera,
Que afila sus garras, al oler
la sangre de la victima cercana…
María Isabel Marín
(Moni)
miércoles, 23 de septiembre de 2009
ESAS MUERTES SIN CUERPO
Desde hoy que tu muerte ya no es caída libre,
y no suenan badajos lamentosos de pena
ni hay crespones ni llanto,
tan sólo desmemoria de lápida vacía
porque allí no está el cuerpo
y el alma, sólo el alma, se ha perdido en el viento
así como se pierde la hojarasca en otoño:
Desde hoy es la presencia de esta oquedad del cuerpo
con sus gestos tan vanos como simples burbujas
que son es sí abalorios y en sí se desvanecen
como nubes que pasan sin dejar huella alguna
y nada queda, nada, más que magras sonrisas,
la farsa de unas manos y una voz que no escucho,
los pasos ignorados y ese par de zapatos
al borde de la cama, tan muertos como el muerto
que los calza y camina.
Esta ausencia indolente no permite oraciones
ni lágrimas ni lutos, ni el dolor de un invierno.
Es alguien que se ha ido y que jamás estuvo.
Long Ohni
y no suenan badajos lamentosos de pena
ni hay crespones ni llanto,
tan sólo desmemoria de lápida vacía
porque allí no está el cuerpo
y el alma, sólo el alma, se ha perdido en el viento
así como se pierde la hojarasca en otoño:
Desde hoy es la presencia de esta oquedad del cuerpo
con sus gestos tan vanos como simples burbujas
que son es sí abalorios y en sí se desvanecen
como nubes que pasan sin dejar huella alguna
y nada queda, nada, más que magras sonrisas,
la farsa de unas manos y una voz que no escucho,
los pasos ignorados y ese par de zapatos
al borde de la cama, tan muertos como el muerto
que los calza y camina.
Esta ausencia indolente no permite oraciones
ni lágrimas ni lutos, ni el dolor de un invierno.
Es alguien que se ha ido y que jamás estuvo.
Long Ohni
Ciclo de vida
Acostarse en el preludio de una tarde
renacida en una flor marchita
que se asemeja desprendida
del cáliz que ha sido copa
y fuente de su estancia
del sépalo enamorado
del tépalo que abraza
y caer sin fondo fijo
sin esperanza sincera
sin una luz que alerte
sobre la marcha primera
que se extiende y que deprime
que aligera su extensión
y que culpable del paso
se descubre sinrazón
y que revierte el sentido
de la estrella más brillante
que el firmamento ostenta
como rubí fulgurante
que ilumina a marinos
a corazones amantes
y que se posa en el cielo
con suavidad inmanente
y que consigue que el alma
de un ser que no haya amado
resblandezca de jolgorio
y se sienta iluminado
y que se sienta querido
por alguien que retribuya
lo que su pecho le grita
al oído de quien ama
y que alegre y radiante
disfrute la paz soñada
durmiendo plácidamente
sobre la tierra escarchada
hasta quedarse inmutable
ante el paisaje presente y
piense quedarse tendido
confortable entre las mieses
y acostarse en el preludio de una tarde
renacida en una flor marchita
que se asemeja desprendida
del cáliz y de la copa
que reinicia otra vez el ciclo
que hace valiosa la vida y hace
glorioso el desquicio.
Liliana Varela 2007
renacida en una flor marchita
que se asemeja desprendida
del cáliz que ha sido copa
y fuente de su estancia
del sépalo enamorado
del tépalo que abraza
y caer sin fondo fijo
sin esperanza sincera
sin una luz que alerte
sobre la marcha primera
que se extiende y que deprime
que aligera su extensión
y que culpable del paso
se descubre sinrazón
y que revierte el sentido
de la estrella más brillante
que el firmamento ostenta
como rubí fulgurante
que ilumina a marinos
a corazones amantes
y que se posa en el cielo
con suavidad inmanente
y que consigue que el alma
de un ser que no haya amado
resblandezca de jolgorio
y se sienta iluminado
y que se sienta querido
por alguien que retribuya
lo que su pecho le grita
al oído de quien ama
y que alegre y radiante
disfrute la paz soñada
durmiendo plácidamente
sobre la tierra escarchada
hasta quedarse inmutable
ante el paisaje presente y
piense quedarse tendido
confortable entre las mieses
y acostarse en el preludio de una tarde
renacida en una flor marchita
que se asemeja desprendida
del cáliz y de la copa
que reinicia otra vez el ciclo
que hace valiosa la vida y hace
glorioso el desquicio.
Liliana Varela 2007
sábado, 19 de septiembre de 2009
RASTROS DE MI
Recorro Buenos Aires.
Corrientes, Alem, un recorrido
que me viera crecer, en madrugadas
de vencedor, caído o ya vencido.
Una luna seca y hosca
con frialdad metálica ilumina
el camposanto frío en que se enbosca
mi corazón, en busca de sus restos.
¿Cual es la razón que me ha dejado
en mecanismo de relojería?
Ayuda, corazón ¡yo no quería
morir así, sin sangre, descarnado.
¿Amor! De cuántas me ha salvado
para evitar odiosas soledades
la entrega total de un ser amado.
¿Mi libertad? Jamás la he resignado
concediendo un pedido, no soy dado
a darle gusto a amores o amistades.
¿Honor? Es idiota jugar un parecer
en el estrado donde está juzgando
la Sagrada Verdad, que es el Poder
que imparte justicia, y hace depender
de su opinión final, quien pierde o va ganando.
Y llego así, partido, mutilado,
sin venas, sin arterias, sin latidos.
Entiérrame, Luna, he terminado
de buscar, sin embargo no he sabido
encontrar mis partes que he rifado
en la Vida, a la cual, lo sé, he matado.
© Carlos Adalberto Fernández
ROJO CLAVEL
"Otra vez a esa pared de yeso, en ese lienzo donde él la había creado, de frente a un enorme atril, junto a los pinceles y las pinturas que no pudieron terminar sus atuendos, ni algunos pétalos del rojo clavel..."
La Dama del Rojo Clavel
Stella Maris Taboro.
Argentina.
Dormita sobre la luz de un paisaje,
es de pétalos ornada, inconclusos,
claveles tonos rojos y profusos
un encaje negro vuela en su traje.
Crearon pinceladas piel salvaje
bocetos de la mora son difusos
la Vida surge del pintor los usos
del arte y su pasión el maridaje.
Hiel sumida con fuerza sobre lienzo
llevola a desprenderse del enmarque,
busca a su creador en las quimeras...
Adorada de la gama del espectro
roja la flor más bella dese parque
llora amores por penas traicioneras.
Ana Lucía Montoya Rendón
Septiembre 2009
-------------
"Rojo Clavel" con los tercetos corregidos para mejorar su rima.
Dormita sobre la luz de un paisaje,
es de pétalos ornada, inconclusos,
claveles tonos rojos y profusos
un encaje negro vuela en su traje.
Crearon pinceladas piel salvaje
bocetos de la mora son difusos
la Vida surge del pintor los usos
del arte y su pasión el maridaje.
Hiel sumida con fuerzas hechiceras
llevóla a desprenderse del enmarque,
busca a su creador en las quimeras...
Roja la flor más bella dese parque
llora amores por penas traicioneras
venga su pintor, así acabe su amargue.
Ana Lucía Montoya Rendón
ABRE LOS OJOS Y MÍRAME
Abre los ojos y mírame.
Estoy aquí. No busques más.
En la lluvia que recorre la ciudad,
en la niebla que envuelve tus recuerdos,
en la luz bohemia del farol
que peina las aceras cada noche.
Soy un ir y venir de sueños,
una estrella fugitiva
que no encuentra el horizonte.
Soy una gaviota triste
vestida con luz de luna
y suave abanico de plata.
Formo parte del alma
que llevas instalada dentro
y duermo en tu misma almohada.
Soy yo, tu amigo y tu enemigo,
redondo y cuadrado, recto
y torcido y retorcido, etéreo
como un silencio, insumiso
como el vértigo de un glaciar,
revoltoso, herido, trashumante,
reo, pendenciero, ladrón.
Abre los ojos y siente
que estoy aquí, contigo,
en este preciso momento
y no tengas miedo
porque sólo soy tu pensamiento.
Febrero 2002©Fernando Luis Pérez Poza
Pontevedra. España.
Del libro "El laberinto de hielo"
www.eltallerdelpoet a.com
viernes, 18 de septiembre de 2009
Danza real
Danza real
que atrapa mi piel
de princesa collahua
allá en las montañas
del Colca
me protege
santo y sabio
Isidro labrador
da a mi existencia
esas puertas dimensionales
que la naturaleza ofrece.
Medito cuando el suave
soplo de esa montaña negra
viene y veo a lo lejos
el río en profundo
que surca el paraje.
Aguas / movimiento
piedra eterna
de príncipe collahua
sostienes esa rivera
para que ésta no decaiga.
Luz en esas nieves eternas
de sobrio paisaje,
Julia del Prado(Perú)
NINGUNO
Ni mi bulín huele a hombre,
ni tu cama a soledades desgarradas.
Ni mi andar a sonrisas desgastadas,
ni tu yo a otra sintonía.
Por la espalda corren mis lunares,
por tus dedos de pianista los encantos.
Ni mis noches se envuelven de perfumes,
ni tus días se abren a ilusiones.
Ni mi almohada tiene el hueco de la gloria
ni tu sábana el encanto de la dicha.
Por mi sala corre la nostalgia,
por tu jardín las flores del olvido.
Porque sin querer te quise tanto
la pasión perdió la vida misma.
Porque solos en camas diferentes
nos ganó la melancolía.
Ni mi piel tiene fragancias del pasado,
ni tu piel olores del futuro.
©Elisabet Cincotta
ni tu cama a soledades desgarradas.
Ni mi andar a sonrisas desgastadas,
ni tu yo a otra sintonía.
Por la espalda corren mis lunares,
por tus dedos de pianista los encantos.
Ni mis noches se envuelven de perfumes,
ni tus días se abren a ilusiones.
Ni mi almohada tiene el hueco de la gloria
ni tu sábana el encanto de la dicha.
Por mi sala corre la nostalgia,
por tu jardín las flores del olvido.
Porque sin querer te quise tanto
la pasión perdió la vida misma.
Porque solos en camas diferentes
nos ganó la melancolía.
Ni mi piel tiene fragancias del pasado,
ni tu piel olores del futuro.
©Elisabet Cincotta
Amor sensual
aquel que da placeres
que impregna los momentos
de goce, de pasión.
Amor que estremece
que nace y que penetra
sentidos e ilusiones
hasta hacerte enloquecer.
Amor que nunca es tibio
aquel que es infierno
de besos y gemidos,
de tiempos y latidos.
Amor que saca el juicio
acaba por ser tanto
que hasta llega a matar.
Y aunque jamás lo haga
por mas que satisfaga
será tu perdición.
Oscar O. Galante.
martes, 15 de septiembre de 2009
A quién culpar
"Silenciosamente el amor se va extinguiendo
y la pasión que impulsaba la caricia
se transforma en la mano vengativa"
María Fischinger
A quién culpar del invierno que vivimos
iceberg flotan en el pecho que no late.
Eres tu ese maldito, el causante
del amor que hoy ya es puro olvido.
Te amé y me amaste ¿Hoy qué nos pasa?
esa hoz que corta horas, guillotina
los recuerdos y los torna pesadillas
que distancian aún más nuestros caminos.
¡Dame el blanco a quién echar todas todas las culpas!
expiatorio donde vomitar las amarguras,
el apéndice que amputado nos permita
un comienzo, una página no escrita.
Aunque brasas permanezcan encendidas
las cenizas van cubriendo hasta las quejas,
Y el cansancio nos entierra estando vivos
no hay fuerza que permita la conciencia.
En silencio el amor se vuelve moneda
de dos caras donde prima indiferencia
el envés sólo muestra rencor y odio
y una hiel que el corazón ya envenena.
Liliana Varela
y la pasión que impulsaba la caricia
se transforma en la mano vengativa"
María Fischinger
A quién culpar del invierno que vivimos
iceberg flotan en el pecho que no late.
Eres tu ese maldito, el causante
del amor que hoy ya es puro olvido.
Te amé y me amaste ¿Hoy qué nos pasa?
esa hoz que corta horas, guillotina
los recuerdos y los torna pesadillas
que distancian aún más nuestros caminos.
¡Dame el blanco a quién echar todas todas las culpas!
expiatorio donde vomitar las amarguras,
el apéndice que amputado nos permita
un comienzo, una página no escrita.
Aunque brasas permanezcan encendidas
las cenizas van cubriendo hasta las quejas,
Y el cansancio nos entierra estando vivos
no hay fuerza que permita la conciencia.
En silencio el amor se vuelve moneda
de dos caras donde prima indiferencia
el envés sólo muestra rencor y odio
y una hiel que el corazón ya envenena.
Liliana Varela
lunes, 14 de septiembre de 2009
¡SABES AMOR!
No hay niebla
que cubra todo este dolor
que alguna vez cause,
me duele el mundo
y la rosa fresca
que en tu ser falleció.
Duele la guitarra del alma,
el verte como espíritu
y pasado
intento pero no logro
revivir mi sonrisa.
Los siete demonios
te alejaron de mi,
galopo para traerte
corcel de lágrimas
nuevamente busco tu sol.
Llueve en mi amor
pero no me rindo,
aunque me vuelvo rojo
continuo amándote.
SANTOAMOR
que cubra todo este dolor
que alguna vez cause,
me duele el mundo
y la rosa fresca
que en tu ser falleció.
Duele la guitarra del alma,
el verte como espíritu
y pasado
intento pero no logro
revivir mi sonrisa.
Los siete demonios
te alejaron de mi,
galopo para traerte
corcel de lágrimas
nuevamente busco tu sol.
Llueve en mi amor
pero no me rindo,
aunque me vuelvo rojo
continuo amándote.
SANTOAMOR
ES POSIBLE
si pudiera explicarme
si la sensatez fuese mi modo
si por un momento
................me observara desde afuera
es posible
que el asombro
............no me produzca placer
contrariamente
unas ganas enormes
.........de escapar de mí
me llevarían tan lejos
que es factible
......me pierda sin remedio
..........................Beatriz Martinelli
cual gaviota
picoteaba los restos de sol
antes de la noche
BM
http://beatrizmar. spaces.live. com/
http://beaenelinsom nio.blogspot. com/
http://beatrizmarti nelli.artelista. com/
si la sensatez fuese mi modo
si por un momento
................me observara desde afuera
es posible
que el asombro
............no me produzca placer
contrariamente
unas ganas enormes
.........de escapar de mí
me llevarían tan lejos
que es factible
......me pierda sin remedio
..........................Beatriz Martinelli
cual gaviota
picoteaba los restos de sol
antes de la noche
BM
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viernes, 11 de septiembre de 2009
Puedo vivir sin poesía...
¿Que si puedo vivir sin poesía?
Claro que puedo.
Transcurrieron estériles mis horas
sin tu abrazo ni la contención de tu cuerpo.
Pasaron los años sin tu sonrisa
ni la dulzura de tu presencia.
¿Que si puedo vivir sin poesía?
¡Claro que puedo!
He vivido todos estos años sin ti
y como veras, no he muerto.
Y a medida que pasó el tiempo,
pude vivir sin tantas cosas,
han susurrado en mi oído
palabras que no han cumplido,
me prometieron el cielo y
en el infierno he caído.
Se fueron tantos amores
algunos que ni recuerdo.
Practicaré mas que nunca
del mundo mi desapego
para prescindir de tus ojos
y olvidarme de tus besos.
Para no morirme sin tus brazos
ni llorar tu ausencia.
¿Que si puedo vivir sin poesía?...
¡Claro que puedo!
Cris Carbone
un texto PALABRAS
Atravieso
las hojas en blanco.
Cruzo el polvo de la calle
que se tragó
la infancia
y mi antiguo reinado
en las copas de los árboles.
Cruzo la tierra
de las sonrisas
sepultadas
con mortajas
y morocotas.
Cruzo las piedras
muy adentro
del llanto.
Cruzo
tu cuerpo de papel
y habito
palabras
que voy dejando.
Gregorio Riveros .´.
Pampanito. Trujillo (Venezuela).
las hojas en blanco.
Cruzo el polvo de la calle
que se tragó
la infancia
y mi antiguo reinado
en las copas de los árboles.
Cruzo la tierra
de las sonrisas
sepultadas
con mortajas
y morocotas.
Cruzo las piedras
muy adentro
del llanto.
Cruzo
tu cuerpo de papel
y habito
palabras
que voy dejando.
Gregorio Riveros .´.
Pampanito. Trujillo (Venezuela).
jueves, 10 de septiembre de 2009
VAMPIRO.
Entre tus brazos encuentro
Una perdida dimensión.
Las caricias de tus garras,
Hacen temblar a mi cuerpo
Descontrolado.
Calma tu sed en mi cuello,
Desangra mi alma impura
Que se aferra a lo maligno
Y oscuro de tu corazón
No humano…
Quiero vagar aferrada a tu
Piel, por la eternidad…
Toma de mi lo que puedas…
Enséñame a ver a través
De lo maligno de tus ojos…
Bebe de mi sangre eternamente…
María Isabel Marín
(moni)
Una perdida dimensión.
Las caricias de tus garras,
Hacen temblar a mi cuerpo
Descontrolado.
Calma tu sed en mi cuello,
Desangra mi alma impura
Que se aferra a lo maligno
Y oscuro de tu corazón
No humano…
Quiero vagar aferrada a tu
Piel, por la eternidad…
Toma de mi lo que puedas…
Enséñame a ver a través
De lo maligno de tus ojos…
Bebe de mi sangre eternamente…
María Isabel Marín
(moni)
Proyecciones vacias
Tengo esparcidos pedacitos de alma,
busco por la tierra una mano perdida
que me alce al infinito.
ojos que proyectan sueños
en la pared de enfrente,
anhelos encontrados en cada rincón.
Atmósfera,
Aire que penetra por todos los poros,
butacas vacias
esperando un espectáculo
que se retrasa.
"Erika Martínez Rodríguez"
busco por la tierra una mano perdida
que me alce al infinito.
ojos que proyectan sueños
en la pared de enfrente,
anhelos encontrados en cada rincón.
Atmósfera,
Aire que penetra por todos los poros,
butacas vacias
esperando un espectáculo
que se retrasa.
"Erika Martínez Rodríguez"
Otoño
.
.
.
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.
.
“Tiritando bajo las estrellas del otoño,
año tras año se inclina más profundamente la cabeza. "
George Trakl
año tras año se inclina más profundamente la cabeza. "
George Trakl
Mañana habrá otro mañana
donde el alma creará una ilusión de eternidad
en el que el pecho se comprimirá ante un aliento
necesario
hincándose al incipiente amanecer.
Existirá otro abrigo conque vestir la piel
una nueva fantasía para vivir el sueño sin sueño
de un atardecer inmortal.
Revivirá el pensamiento enfrentando la locura
de las arrugas,
de los pliegues que ostentosamente asoman
sin permiso.
Será la cáscara la agria,
la única,
la insolente traidora
que hunda sus ojos en la tierra.
Pero mi alma,
eterna rebelde,
jamás dejará de elevarse a las estrellas
Liliana Varela
martes, 8 de septiembre de 2009
Espejismos
**Cuadro de Ana Lucía Montoya Rendón
Transitas la ruta de puntas de pie
nada te toca,
nada siquiera roza la fresca rutina .
En palaciego mundo vives insomne
durmiendo el sueño de quien nada tiene
pero todo cree poseer.
Platónicas sombras mueven tus dedos
los grilletes no dejan ver tras de ti la fogata
que creciendo invade tu reino.
Poco importa si la podredumbre existe
porque jamás tocará a tu puerta,
poco interesa si el dolor acecha
pues nunca sabrás qué es.
Esclavizada al espejismo…
......................... sonríes feliz.
Liliana Varela 2009
lunes, 7 de septiembre de 2009
He visto a los ángeles
A todos los niños del mundo
Los ángeles más puros,
los que, de veras, se manifiestan
y se asoman a la carne,
y se aferran a las cosas,
son niños.
Nacen, mágicamente,
del vientre de la madre que urdió
su parto en alguna sombra
iluminada íntimamente
de amor y de sexo.
Y no importa que fue más
(si placer, o rutina, o ultraje),
el ángel nace inocente,
terso como una seda y canta,
el dulce salmo de amor:
Te necesito.
Y los deditos del ángel tienden
a hacerse más lindos con el tiempo.
La energía les va dando caricias.
Los niños sólo saben amar
hasta que los daña el desprecio.
Por eso, yo no le quito el rango
a los ángeles que veo.
Les invento jerarquías,
según los voy queriendo y descubriendo
en los patios y en los parques.
Sí. Los ángeles existen y se encarnan
y no los busco en la mitología,
ni los reinvento en milagros
de astrólogos y quimeristas a sueldo.
Los veo todos los días.
2.
Para que haya ángeles,
es decir, alegrías que se vistan
en carne, que agiten alas de vida
en los cielos terrestres,
el niño nace.
Y la mujer es una mano divina
que tiene muchos nombres,
inclusive el de estrella y camino,
vía láctea, centauro, bicha, loba,
pero el ángel no teme.
Para que exista el ángel,
todo en la Tierra es un seno,
el pezón provisor del Gran Regazo,
la geografía sutil del tibio pecho,
y el niño se lacta y vive.
Y el ángel se vuelve denso, saludable,
juguetón, impusivo, cariñoso, y explora
las arrugas y las fantasías, entre agua y fuego,
y texturas y aromas y, con sinestesias,
reinventará los rostros y oscilará en lo ingenuo.
El niño es el consuelo mayor de los consuelos.
Cuando falte al mundo su belleza, él quedará.
Cuando el placer no tenga sentido, son ellos,
los ángeles quienes redimen, y formarán
al amor puro con llama purificadora.
Para que exista la perpetuación
del paraíso, o la sombra posible de utopía,
el querubín tiene el secreto de la espada,
sus dos ojitos tiernos, su piel diáfana,
su voz tan melodiosa que transforma cada verbo.
Para que haya ángeles prestos
a volver a nuestro lado y embellecer al bíos,
al paisaje biológico del mundo,
yo cuido a los niños que conozco:
son alas, sin plumaje,
puro amor en pies humanos.
En fin, los ángeles más puros,
los que, de veras, se manifiestan
y se asoman a la carne
y se aferran a las cosas,
son los niños.
Carlos Lopez Dzur
6-1990 / De mi libro «Tantralia»
Los ángeles más puros,
los que, de veras, se manifiestan
y se asoman a la carne,
y se aferran a las cosas,
son niños.
Nacen, mágicamente,
del vientre de la madre que urdió
su parto en alguna sombra
iluminada íntimamente
de amor y de sexo.
Y no importa que fue más
(si placer, o rutina, o ultraje),
el ángel nace inocente,
terso como una seda y canta,
el dulce salmo de amor:
Te necesito.
Y los deditos del ángel tienden
a hacerse más lindos con el tiempo.
La energía les va dando caricias.
Los niños sólo saben amar
hasta que los daña el desprecio.
Por eso, yo no le quito el rango
a los ángeles que veo.
Les invento jerarquías,
según los voy queriendo y descubriendo
en los patios y en los parques.
Sí. Los ángeles existen y se encarnan
y no los busco en la mitología,
ni los reinvento en milagros
de astrólogos y quimeristas a sueldo.
Los veo todos los días.
2.
Para que haya ángeles,
es decir, alegrías que se vistan
en carne, que agiten alas de vida
en los cielos terrestres,
el niño nace.
Y la mujer es una mano divina
que tiene muchos nombres,
inclusive el de estrella y camino,
vía láctea, centauro, bicha, loba,
pero el ángel no teme.
Para que exista el ángel,
todo en la Tierra es un seno,
el pezón provisor del Gran Regazo,
la geografía sutil del tibio pecho,
y el niño se lacta y vive.
Y el ángel se vuelve denso, saludable,
juguetón, impusivo, cariñoso, y explora
las arrugas y las fantasías, entre agua y fuego,
y texturas y aromas y, con sinestesias,
reinventará los rostros y oscilará en lo ingenuo.
El niño es el consuelo mayor de los consuelos.
Cuando falte al mundo su belleza, él quedará.
Cuando el placer no tenga sentido, son ellos,
los ángeles quienes redimen, y formarán
al amor puro con llama purificadora.
Para que exista la perpetuación
del paraíso, o la sombra posible de utopía,
el querubín tiene el secreto de la espada,
sus dos ojitos tiernos, su piel diáfana,
su voz tan melodiosa que transforma cada verbo.
Para que haya ángeles prestos
a volver a nuestro lado y embellecer al bíos,
al paisaje biológico del mundo,
yo cuido a los niños que conozco:
son alas, sin plumaje,
puro amor en pies humanos.
En fin, los ángeles más puros,
los que, de veras, se manifiestan
y se asoman a la carne
y se aferran a las cosas,
son los niños.
Carlos Lopez Dzur
6-1990 / De mi libro «Tantralia»
sábado, 5 de septiembre de 2009
un pequeño poema
la mañana
..........virgen manto
claridad de lienzo
milagro
......... espacio
...................... luz
........................Beatriz Martinelli
..........virgen manto
claridad de lienzo
milagro
......... espacio
...................... luz
........................Beatriz Martinelli
viernes, 4 de septiembre de 2009
Canción diaria
Alumbras mis noches
y mis ecos
en madrugadas
cuando los pájaros
cantan en nuestra ventana
melodías extrañas
o se dan conversas
en desayunos
con Chabuca enamorada
y la manzana adorna
nuestros labios
mientras el molle
mira nuestra historia
a través de la ventana.
Julia del Prado (Perú)
y mis ecos
en madrugadas
cuando los pájaros
cantan en nuestra ventana
melodías extrañas
o se dan conversas
en desayunos
con Chabuca enamorada
y la manzana adorna
nuestros labios
mientras el molle
mira nuestra historia
a través de la ventana.
Julia del Prado (Perú)
VERSOS EN LA PENUMBRA
Recostados en una puerta cerrada...
Balbuciente e inédita
crece una sombra.
El esplendor de los cantores
ilumina sus ojeras
en quimeras desvelada
abrazada a un poema esquivo
algún verso, insistente capotea.
Alguienvapulea sus intentos
y la veta de su Templo.
Balbuciente y llorosa
a pesar de ese desdén
funge de poeta diestro
pero la Luna y la Noche
su ilusión amortajaron
así la engulló el olvido.
Balbuciente y tierna
camina lerda hacia la mar.
En la arena escribe claro
la saga de sus penas.
El mar lloró con ella,
las lágrimas de ambos formaron montañas blancas
en salmuera arden voces mal heridas
llamadas “Blancas" Pura sal marina...
Balbuciente fantasma con cara de dolor
aun suspira un poema gris
escrito en líneas discontinuas.
Esquela triste craquelada
junto a la risa duerme en un cajón.
Balbuciente, musita: "Oscuridad soy yo"
Ana Lucía Montoya Rendón
Septiembre 2009
ESCUCHA
Escucha,
¿De dónde vienes?
¿Cuál es tu misterio?
¿En qué lugar desierto se forjaron
los ritmos frenéticos
que yo siento latir en mis huesos?
Las palabras estallan
como truenos profundos
en lo más hondo del corazón,
ruedan perdidas por el espacio
hasta romper la luz
y descender
por las escaleras del tiempo
para llenar de vértigo
el vacío seco y hueco
de esta soledad de piedra
que me late dentro.
Yo no sé nada de la vida,
ni el secreto que ocultan
las burbujas amarillas del sol,
ni los sueños infinitos que contiene
la chispa más pequeña de una estrella.
Yo no sé nada de la muerte,
ni del negro agujero de la nada
por donde se vierte
el acero fundido del abismo
y te muerde la fatalidad de la serpiente.
Yo no sé por qué ni para qué
me trajeron las aguas y los vientos
a chupar este amargo caramelo
al que no consigo quitar el papel.
Escucha,
¿No oyes la pregunta?
¿Adónde vamos?
¿Qué hay más allá del último horizonte?
¿Qué trenes circulan por el universo
y hacen de la muerte la única estación?
¿De qué están hechos los raíles de la eternidad?
Pasa la vida y no regresa,
se vuelven amarillas
las hojas del calendario,
se caen
y vuelan a la deriva
en el impulso mágico del aire,
en la cola estremecida de un cometa,
en las luces desbocadas del otoño,
buscando el destino incierto
que destila el futuro,
ese viejo fantasma
que huye
y, a cada paso, se hace humo.
Escucha,
hoy suena una música
de ventanas rotas,
de balcones sin barandilla,
de horizontes ciegos,
y, también, de soledad sin fondo.
Se filtra por los huecos del alma
como si fuera humedad de musgo
adentrándose en la piedra.
Sube en espiral, remonta el vuelo
y se hace nube:
es la canoa blanca del infinito
donde navegan todas mis penas.
Escucha,
hoy tengo hambre de ternura,
de bancos encendidos en el parque
y manos que estallan sobre la piel,
de pechos firmes y redondos
galopando en círculo
la latitud exacta de mis dedos;
hoy tengo sed de trepar
por las colinas blancas
de unos muslos que saben
a delirio y caverna,
de hundirme
en la palpitante raíz de sus corales.
El mar lleno de sueños azules
apoya su larga frente en la arena,
derrumba sus viejos castillos de sal
en la espuma de las olas,
es una olla que hierve como el aceite
y evapora todas las distancias.
El aire sabe
a lágrimas heridas de campanas viejas,
a cristal salpicado de tinieblas,
a húmedo rocío de silencios,
y, también, a cóctel de marfiles negros.
Escucha,
¿Dónde está el centro de la nada?
¿En qué escollo naufragará mi vida?
¿En qué cenizas morirá mi fuego?
¿A qué distancia está el cielo?
¿Por qué las mariposas
no vuelan en invierno?
Manantial de preguntas que se desboca
y que siempre se quedan sin respuesta.
Septiembre 2001©Fernando Luis Pérez Poza
Pontevedra. España.
Del libro "Camino de la luz"
www.eltallerdelpoet a.com
¿De dónde vienes?
¿Cuál es tu misterio?
¿En qué lugar desierto se forjaron
los ritmos frenéticos
que yo siento latir en mis huesos?
Las palabras estallan
como truenos profundos
en lo más hondo del corazón,
ruedan perdidas por el espacio
hasta romper la luz
y descender
por las escaleras del tiempo
para llenar de vértigo
el vacío seco y hueco
de esta soledad de piedra
que me late dentro.
Yo no sé nada de la vida,
ni el secreto que ocultan
las burbujas amarillas del sol,
ni los sueños infinitos que contiene
la chispa más pequeña de una estrella.
Yo no sé nada de la muerte,
ni del negro agujero de la nada
por donde se vierte
el acero fundido del abismo
y te muerde la fatalidad de la serpiente.
Yo no sé por qué ni para qué
me trajeron las aguas y los vientos
a chupar este amargo caramelo
al que no consigo quitar el papel.
Escucha,
¿No oyes la pregunta?
¿Adónde vamos?
¿Qué hay más allá del último horizonte?
¿Qué trenes circulan por el universo
y hacen de la muerte la única estación?
¿De qué están hechos los raíles de la eternidad?
Pasa la vida y no regresa,
se vuelven amarillas
las hojas del calendario,
se caen
y vuelan a la deriva
en el impulso mágico del aire,
en la cola estremecida de un cometa,
en las luces desbocadas del otoño,
buscando el destino incierto
que destila el futuro,
ese viejo fantasma
que huye
y, a cada paso, se hace humo.
Escucha,
hoy suena una música
de ventanas rotas,
de balcones sin barandilla,
de horizontes ciegos,
y, también, de soledad sin fondo.
Se filtra por los huecos del alma
como si fuera humedad de musgo
adentrándose en la piedra.
Sube en espiral, remonta el vuelo
y se hace nube:
es la canoa blanca del infinito
donde navegan todas mis penas.
Escucha,
hoy tengo hambre de ternura,
de bancos encendidos en el parque
y manos que estallan sobre la piel,
de pechos firmes y redondos
galopando en círculo
la latitud exacta de mis dedos;
hoy tengo sed de trepar
por las colinas blancas
de unos muslos que saben
a delirio y caverna,
de hundirme
en la palpitante raíz de sus corales.
El mar lleno de sueños azules
apoya su larga frente en la arena,
derrumba sus viejos castillos de sal
en la espuma de las olas,
es una olla que hierve como el aceite
y evapora todas las distancias.
El aire sabe
a lágrimas heridas de campanas viejas,
a cristal salpicado de tinieblas,
a húmedo rocío de silencios,
y, también, a cóctel de marfiles negros.
Escucha,
¿Dónde está el centro de la nada?
¿En qué escollo naufragará mi vida?
¿En qué cenizas morirá mi fuego?
¿A qué distancia está el cielo?
¿Por qué las mariposas
no vuelan en invierno?
Manantial de preguntas que se desboca
y que siempre se quedan sin respuesta.
Septiembre 2001©Fernando Luis Pérez Poza
Pontevedra. España.
Del libro "Camino de la luz"
www.eltallerdelpoet a.com
Entre ellos y yo
Salvamos el poema ahí-donde
el anzuelo homicida caza a los prosaicos
y pesca a los incrédulos.
Entre ellos y nosotros, la distancia crece
porque hay algunos que odian
la música, la brisa,
el viento, la caricia sonora
y no saben oír y no saben amar,
tiernamente tolerantes,
dulcemente caprichosos,
mucho menos,
verse en octavas de atracción
permanente y contínua.
Entre aquellos que susurran
con equívoca rivalidad
sus modelos mecánico-causales
está la varonía de los asténicos,
tróficas mentes, rostros que miran
con estériles ojos blancos,
cuerpos que se yerguen
con un negro óseo, sin vuelo,
bajo la nube y la viga pupilaria del gentío,
rivales con una sola voz
para decirlo todo.
Ellos gritan y crujen y gimen
(dizque por elucidaciones) ,
pero en su lugar construyen
su clínica epidemia
hecha de ciegas medidas.
Carlos Lopez Dzur
2-8-1991
el anzuelo homicida caza a los prosaicos
y pesca a los incrédulos.
Entre ellos y nosotros, la distancia crece
porque hay algunos que odian
la música, la brisa,
el viento, la caricia sonora
y no saben oír y no saben amar,
tiernamente tolerantes,
dulcemente caprichosos,
mucho menos,
verse en octavas de atracción
permanente y contínua.
Entre aquellos que susurran
con equívoca rivalidad
sus modelos mecánico-causales
está la varonía de los asténicos,
tróficas mentes, rostros que miran
con estériles ojos blancos,
cuerpos que se yerguen
con un negro óseo, sin vuelo,
bajo la nube y la viga pupilaria del gentío,
rivales con una sola voz
para decirlo todo.
Ellos gritan y crujen y gimen
(dizque por elucidaciones) ,
pero en su lugar construyen
su clínica epidemia
hecha de ciegas medidas.
Carlos Lopez Dzur
2-8-1991
miércoles, 2 de septiembre de 2009
CUANDO DESPUES
¡Tanto miedo a la muerte!
cuando cobra sentido en ese paso
aquello que hemos sido, el ser más verdadero.
aquél que se despoja y nos olvida.
Es grato el haber sido, se merece la muerte,
no la maldita eternidad de Fosca,
él y su rata para siempre incólumes
cuando todos se vayan como briznas de pasto.
Estoy aquí. El sol está despierto
y ya no volverá la misma coincidencia
ni el mismo redondel que gira en el café
humeante y agitado como un pequeño mar
de naves en buen puerto y de naufragios.
Será dormir, los sueños, recuerdos y entresijos,
acaso eternidad ajena a sobretodos,
a paraguas, llaveros, teléfonos que suenan,
sin flores vulnerables, cartas de amor ajadas,
sólo brisa que piensa y se estremece
Long Ohni
cuando cobra sentido en ese paso
aquello que hemos sido, el ser más verdadero.
aquél que se despoja y nos olvida.
Es grato el haber sido, se merece la muerte,
no la maldita eternidad de Fosca,
él y su rata para siempre incólumes
cuando todos se vayan como briznas de pasto.
Estoy aquí. El sol está despierto
y ya no volverá la misma coincidencia
ni el mismo redondel que gira en el café
humeante y agitado como un pequeño mar
de naves en buen puerto y de naufragios.
Será dormir, los sueños, recuerdos y entresijos,
acaso eternidad ajena a sobretodos,
a paraguas, llaveros, teléfonos que suenan,
sin flores vulnerables, cartas de amor ajadas,
sólo brisa que piensa y se estremece
Long Ohni
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