jueves, 1 de mayo de 2008

El vagón

La sed palpita desde la noche
una luciérnaga pasa dando vueltas con su ilusión
y un tren aparece por la boca del horizonte.
Lleva atada una historia
En unos de sus vagones
dos pasajeros descienden y se evaden con miradas cercanas
cada uno va en dirección contraria
Uno es abrazado por la música de la piel
La otra se despeina y larga una risa contra el viento
Dos ojos la miran llegar desde un ventanal, apresurados van sus pasos
como si se hubiesen derretidos glaciares.
Va entonces hasta su centro
la busca por donde sospecha que su risa se estrecha.
Se van tomados por la luz hacia la noche abierta
El tren limpia con su sonido el murmullo en los andenes
Bajan las compuertas
Los vagones vacíos se imantan de nostalgias
La historia sigue sin actores
Mientras ellos descansan
desnudos, mirándose
llevan adentro el viaje que les sobrevive.


Luis Gilberto Caraballo 2008

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