sábado, 18 de abril de 2009

DE TRISTEZAS

Vas vestida de gris

y los que pasan
te miran como negro augurio.
Tu vestido no incapacita
para mirar las rosas
de pétalos descoloridos
pero al fin y al cabo rosas.

Vas con paso lento
vieja,
cabizbaja,
meditabunda.
Cuentas las estrellas
esperando contar la tuya
y así se cumplan las supersticiones.
Cuando cuentes la tuya
se produzca tu deceso.

Vas en fila plañidera
en medio de una calle de bufos.
Empujada,
descarnada,
atropellada.
Creen que así se borran
los heridas pútridas de la raza.

Vas hasta la eternidad
y en tus manos flacas
llevas un ramito de esperanzas.

Vas.


¡Siempre vas!

Y...


Yo te sigo.



Ana Lucía Montoya R.

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