Grises enmascarados entre hojas secas,
asfaltos horadados de urbanas costumbres
acunan el temor de los pasos indecisos,
la violencia se instala -como puta- en cada esquina.
Quieren los pasos a desnivel ganar espacio al aire,
y a los ojos…
............y a la claustrofobia…
.....................y al crepúsculo…
El ruido es arco-iris
que amamanta el silencio de los pájaros:
verde, amarillo y rojo, son introducción
a la sobrevivencia que destierra a los invidentes.
Cláxones armónicos acompañan el miedo bebido
en cada sol: sangre, violación, coaliciones,
son colores de una primavera paulatinamente gradual
que va refrescándose con lágrimas sin dueño.
Al final, el milagro se posa en mi ventana,
entre mis dedos y pupilas: ¡una mariposa…!
Issa M. Martínez Llongueras
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