jueves, 15 de noviembre de 2007

DESMEMORIA

Todo mi nombre es vano,
tan vano como el viento que escapa sin destino.
Nadie sabrá. No estuvo.
No conoce las palabra que aquejan
ni el borde de miseria que la luz atenúa,
ni los papeles rotos que quedan sin destino,
ni esta tristeza gris, escrufulosa
que trastoca en nevisca lo que tuviera vida.

Todo mi tiempo es vano,
vano como las crucificciones cotidianas,
vano como la rosa aniquilada
en su mortal silencio sin quejumbres.
Y ya nadie sabrá de su perfume,
de su terca y brutal vocación de primavera.
Será una muerte ignota como todas
y algunos, unos pocos, tal vez recordarán
que un día, sin quererlo, rescató un crisantemo
o quiso ser bandera porque estaba demente.

Pero luego los cirios
que rápido comsumen la memoria
y con ella palabras tesoneras.
idas de mí, jadeantes
cuando la tierra impune las haga prisiomeras .

long ohni

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