miércoles, 3 de septiembre de 2008

AGONÍA


Pintura de Edward Munch

Esa mueca sombría delimita
Las fronteras del hoy y del pasado.
Nada ha cambiado, pero ha terminado
Una ilusión, sin vallas, infinita.

Me miro y veo la herida.
Un rictus tu mirada.
Murió y no queda nada
Lo que era amor, no es vida.

No me odies, no es mayor la culpa mía.
Ni es la tuya, negándote al futuro.
Sólo mudó valor en cobardía,
Había luz, y todo se hizo oscuro.

Hoy terminamos, a cada cual su sino.
¡Qué soledad! ¡qué nada! ¡qué vacío!
El mundo es amplio, pero no hay camino
Pues lo hice para ti, amor, triste amor mío.

Carlos Adalberto Fernández --

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