Atravieso la línea de la perspectiva
y dilato la boca del sueño.
El techo baila de punta sobre tacón.
Hay tanta ventana inútil,
tanto ciego mirando desde los cristales,
tanta pena muriéndose de risa,
que soy una escalera llana
en el hueco dormido de un sonido.
Al principio nadie lo sabía.
La longitud era muda.
La palabra
no formaba parte del diccionario.
Después una letra se hizo urgente,
cada vez más urgente.
La consonante se juntó con la vocal
y escribió un corto telegrama
con tinta definitiva:
Yo.
Del libro "Teatrema o poema en cuatro actos"
Diciembre 2008©Fernando Luis Pérez Poza
Pontevedra. España.
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