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HAITI
Un poco de sal
la necesaria
pa que aguante la carne
carne en la calle tendida.
Una pizca imaginaria de azúcar
sobre el dibujo de una taza de café.
Un periódico amarillo en la olla de la sopa
de lágrimas anegado y adobo de suspiros
esa, la abundante comida antes que acabe la tarde.
Depredado mundo agónico
destemplada música de fondo
es el réquiem entonado por niños moribundos.
Taja el aire un responso desgarrado
que como daga punza la carne manida.
Y los cuervos...
no encontraron alimento, porque...
comieron sus muertos aquellos los vivos... muertos!
Donde están aquellos ojos tristes
que obesos siempre miran llenos de alimentos?
Por que no vomitan un plato
ese que les sobra y arrojan todos los días?
Ana Lucia Montoya Rendon
Enero 2010
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