domingo, 9 de mayo de 2010

Esquema

Son bocas abiertas a las cicatrices del destino

las que el único ojo observa

en la celosa claridad del presente.



Un camino agreste me espera,

entre millones de cicatrices la vida se retuerce

ensangrentándolo todo.



Abrir las alas y volar tan alto

que la memoria sea el suelo olvidado

y el recuerdo el cielo sin límite.



Los tridentes aguardan el bocado fácil,

el pecado, el paso mal dado descansan

en los hombros del hoy.



Desvíos sin sentido, rectas negadas a la esencia

arduo trabajo el de llegar al infierno:

y no arder.


Liliana Varela

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