miércoles, 24 de octubre de 2007

En esa tierra extraña


En esa tierra extraña
a la que me has confinado
nada tiene sentido, hasta la calma es distinta.
El golpear de las olas
lo siento tan cercano
que mis sienes laten
al unísono de las aguas.
Y te deseo...
te vislumbro
en esa playa que ostenta la luz,
en ese crepitar salobre-silente
que viene a saludarme cada noche
cada minuto en que yazgo junto a él dormida.
Quizás pueda preguntar a esa luna anexada
si sabe por qué exilio duele tanto
a pesar de ser tan simple, tan calmo,
tan horrorosamente pacífico
todo lo que me rodea...
Quizás pueda... cuando mis piernas
decidan romper la inercia de este mundo al cual
me has confinado ...
en tu mente.

Liliana Varela23-10-2007

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