
Esta mujer que quiso ser quebracho
resolver los trazos de su vida
-dureza incontenida, roca, maremoto-
que huyó de la ironía
y se quedó a pasos del fracaso.
Esta mujer que obtuvo
de los lazos estupores,
de la pasión algún añico,
redondea en el tango algún linaje,
que por no ser suyo es prestado,
y contornea las figuras
de la siempre melodía.
Esta mujer que quiso ser
a veces junco,
delinear liviandades y premuras,
sólo puede dejar en los poemas
la brisa rebelde de su aurora
Elisabet Cincotta
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