viernes, 14 de marzo de 2008

Existencia.





Vivimos en una constante flama

que alimenta tanta pureza en torno.

Caminamos bajo un cielo que nos llama

pues en la utopía no hay retorno.



Aquí todo está igual, nada perece

ni el conocido tiempo o la fortuna.

El mismo sol, la misma luna

como antes sigue y permanece.



Las penas del lugar nunca regresan

existe sólo el hoy, lo cotidiano.

La lucha del vivir ya no nos pesa

si poseo mi mano entre tu mano.



Somos dos seres que se acompañan

para mitigar lo duro del destino.

Los hijos nos dan fuerza, nos amainan

con la dicha que traen en su sino.



Oscar Néstor Galante.

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