Cómo le digo a mi cuerpo
que por dentro aún soy joven,
y a mis células ordeno
que la plenitud recobren
Cómo convenzo a mi mente
de no temer al exiguo tiempo,
y a mi razón aconsejo
saborear cada momento
Cómo insuflo en mis venas
la sangre que ya no tengo
y a mi corazón obligo
a cobijar sentimientos
Cómo desecho de mi alma
el miedo que ahora siento,
y en mi espíritu genero
coraje del que carezco
Cómo planeo un futuro
si la cuesta es descendente,
y cómo he de sonreír
inmutable ante la muerte
¿Será que no hay respuesta
a este cómo y a este cuándo?
¿Será que no vale la pena,
atormentar los vitales años?
Quizás cuando ya confine
mis preguntas al olvido,
y mis cabellos se tiñan
de la nieve del hastío;
Quizás cuando sólo interese
el descanso merecido,
y mis huesos sólo quieran
tenderse en suelo tibio,
Quizás en ese momento
haya un cuándo y haya un cómo
Y sea mi único miedo
no haberme encontrado solo.
liliana varela 2004
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