lunes, 17 de diciembre de 2007

ESPEJOS

Poesia

Antiquísima luz,
la que hubo una vez,
del hondo pozal
de los tiempos surgida
su curva rampante.
Y fuera suyo el inmenso
verdor en el bosque
lustral de los siglos
y tan puro el cristal
bajo el sol de otro estío.

Declinante luz
al borde de un mundo
frente a su propia verdad
y pavura: tú, que borrosa
en los ojos, sordo cielo,
como el ojo del faro
bajo la procelosa noche
tiemblas. Del postrero fuego
he hablado ya, entre los restos
deste mismo naufragio.


Alejandro Drewes
Jens


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1 comentario:

Gustavo Tisocco dijo...

Bello poema Ale, un gusto leerte.
Un abrazo Gus.