martes, 25 de diciembre de 2007

Dias de Luna



Pobres mis ojos que ya no ven

la ternura que los rodean.

Mis oídos ya no escuchan

las dulces y tiernas melodías

del amor, de su poesía.



Escondido, el pobre corazón

no palpita ante el cariño.

atento va a la razón

que esgrime sus duras leyes,

sin tono, sin compasión.



Anhelo que arribe el día

cuando poderosas fuerzas

trastoquen a ese latir,

ensordezcan los oídos,

enloquezcan a los ojos,

cuando al querer lo encuentre,

y lo lleven por delante

con sus mil y un antojos.



Nacerá una vida nueva

distinta a lo conocido,

sin temores ni resquicios,

con pecados concebvidos,

con gráciles movimientos,

aunque vivan imprudentes.



Oscar Néstor Galante

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